Antes de iniciar una descripción acerca de
las técnicas más importantes que esta cocina a ofrecido al mundo, es adecuado
mencionar ciertas peculiaridades. Así es que no se puede estratificar una
verdadera biblioteca de técnicas y maneras de tratar alimentos como la que aporta la cocina francesa en solo diez de estas, no obstante si se puede realizar un juicio
de valor sobre las mismas. En segundo lugar, hay que tener muy en claro el proceso
histórico que esta cocina se planteó, su evolución, y como sus exponentes crearon
a través de bases fuertes, todo un andamiaje de condiciones que le han
posicionado como tal.
Así es que podemos identificar claramente
varios momentos suscitados, a partir de los ostentosos banquetes donde la
opulencia y la gran cantidad de alimentos eran la base de la celebración.
Carnes asadas en piezas grandes, salsas pesadas, tartas y una costumbre de
reducir varias preparaciones a purés y pastas, tiñeron la Edad Media. Otro
factor importante que limitaba y construía un modo de alimentación y de preparaciones, era el factor disponibilidad de productos, como carnes y verduras, los
cuales eran estacionales. Posteriormente se da el control de la producción de
alimentos a través de gremios y una especie de asociaciones, las cuales
marcarán el inicio para fundar posteriores actividades industriales. Se empieza
a dar un fenómeno de cambio entre las pesadas salsas especiadas, a otras más
simples y ligeras, con finas hierbas, buscando ahora, la simplicidad de esto sabores,
destacando su frescura de manos de Francois Pierre La Varenne, se elimina los
sabores agridulces y el uso de azúcar queda resuelto únicamente para platillos
dulces. Con ayuda de un acontecimiento social, en este caso la Revolución
Francesa, se da un proceso de multiplicación de establecimientos relacionados
con el expendio de comida, volviéndose de esta manera, un trabajo bastante
afamado, que requería de a pocos más sofisticación, gestión y perfección.
Aparece, de este modo, en el siglo XIV la figura de Antoine Careme, el cual es
el creador del concepto de las salsas madre, además del desarrollo de postres
arquitectónicos.
En el siglo XIX, tenemos la presencia del chef Auguste Escoffier, el que llega a reformar todo lo que se conocía en el
ámbito culinario hasta el momento; reagrupa las recetas anteriores en un solo compendio, organizado, estilizado, sofisticando a estas, las
reduce y hace resaltar el sabor primario del platillo. Construye además la idea
de las brigadas de cocina y la limpieza en la misma, dotando de estándares de
calidad a cada actividad. Prefiere el uso del servicio a la rusa, por una
cuestión estética y de visión frente al comensal. Sus recetas como se dijo antes, era
renovaciones de recetas de otros chefs, adecuadas a la época con nuevos
detalles por supuesto, además de sus propias creaciones. Aparece la Guide
Culiniere. Finalmente en el siglo XX, se da un avance que podría considerarse como
el que cierra una época y abre otra de continuos avances, con esto nos
referimos a lo sucedido con la Nouvelle Cuisine, que aparece como una respuesta
por parte de varios chefs, entre estos el más destacado Paul Bocusse, frente a
la Cuisine Classique. Esta pretende simplificar la tarea culinaria, con sabores
más frescos y ligeros, hierbas finas, caldos livianos, realzando el sabor
propio del plato. Se elimina el uso del roux como espesante y se opta por
huevo, manteca o crema. A partir de este momento y partiendo con el estandarte firme que dejó la cocina clásica y su historia, de la mano de la nouvelle cuisine recién establecida, la cocina francesa inunda todo el mundo culinario estableciendose como una de los más fuertes referentes para cualquiera que desee adentrarse en el mundo de la cocina y los alimentos.
Bibliografía:
Rodriguez. I. (2011). Breve Historia de la
Cocina Francesa. Cocinarte.
Recuperado de http://cocinamexicofrances.blogspot.com/2012/11/breve-historia-de-la-cocina-francesa.html
(2011). Cocina Francesa. Ecured,
Recuperado de http://www.ecured.cu/index.php/Cocina_francesa
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